Una Universidad nueva

Ayer apareció este artículo de José Ramón Alonso, rector de la Universidad de Salamanca en El País, con el título "una Universidad nueva" a propósito del nuevo Espacio Europeo de Educación Superior y los universitarios españoles.
“En el debate actual sobre la Universidad se habla poco de lo que quizá es lo más importante: qué estamos haciendo. El diálogo abierto con el profesor, la discusión de casos, el trabajo en equipo, la investigación sencilla, la reflexión y defensa pública de un tema son desgraciadamente más la excepción que la regla en las aulas universitarias. Y cuando lo hacemos nos maravillamos, docentes y estudiantes, de lo divertido e interesante que puede ser dar y recibir clase.
El Espacio Europeo de Educación Superior es la oportunidad para que, sin dejar de tener los conocimientos imprescindibles de cada disciplina, no dediquemos todo el esfuerzo a memorizar y nos centremos en lo que un universitario necesita saber y saber hacer. Cosas así:
Primero, debe saber leer. Suena insultante, pero es cierto; debe saber leer y extraer las ideas principales de un texto, someter a juicio crítico lo que ese autor afirma, ser capaz de contrastar con otras fuentes y llegar a conclusiones propias, personales.
Segundo, debe saber escribir; y no hablo de no cometer faltas de ortografía, ni de saber poner letras juntas; eso hay que darlo por hecho, sino de comunicar con claridad, con eficacia, con una extensión equilibrada, con rigor en el uso de información externa, con la mente puesta en el lector.
Tercero, debe saber hablar, hablar a una persona y hablar a 100. Ser capaz de presentar las ideas propias e indagar las ajenas. Conducir y ganar un debate. Respetar los tiempos y usar apoyos efectivos. No es baladí: saber hablar bien se considera el primer factor de éxito en la carrera profesional.
Cuarto, debe tener disciplina. Realizar esfuerzos continuados en el tiempo, hacer un plan y cumplirlo; comprometerse y respetar los compromisos. Ser leal con sus compañeros y consigo mismo. Y eso se aprende en un aula, pero también en un equipo de rugby o en el coro de la Universidad. Quinto, debe tener una visión internacional. Debe expresarse en inglés con soltura y tener ciertas habilidades en, al menos, otro idioma. Debe conocer otros países como universitario, esto implica tener unos conocimientos básicos de la política, la historia, las aspiraciones, fortalezas y dificultades de ese país.
Sexto, debe ser creativo. En su trabajo y en su vida. Debe explorar el arte en cualquiera de sus manifestaciones. No sólo como espectador, también como autor, no quedarse siempre al margen, pasivo o mero crítico de lo que otros acometen, debe implicarse.
Séptimo, debe conocer las herramientas propias de su disciplina, sea el método científico o las grandes tradiciones culturales de las Humanidades.
Octavo, debe estar alfabetizado en las nuevas tecnologías. Chatear, pero también configurar una cuenta de correo, usar una hoja de cálculo, construir una base de datos y editar un texto, una imagen y un vídeo.
Noveno, debe tener una cultura general. No puede ser que el estudiante de Historia, ante una regla de tres, o calcular un tanto por ciento, diga "yo es que soy de Letras"; ni que el de Ciencias no sepa quien era Augusto.
Décimo: romper con los decálogos, con las tradiciones estúpidas, con los criterios de rebaño, con el qué dirán y el me da lo mismo.
Undécimo y último: tiene que tener una visión ética. En todas las épocas ha habido problemas y dilemas, perspectivas y limitaciones que han dado la medida del ser humano de cada tiempo y cada lugar. Y eso no es distinto en este siglo XXI, donde ya no hay problemas locales ni soluciones únicas. Y eso es Espacio Europeo y eso es Universidad.”

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Cuando se lee un artículo escrito desde la sensatez, el saber y la experiencia no podemos más que maravillarnos ante el arte de los sabios para hacer que uno disfrute con lógicas reflexiones.
No pretendo con este comentario, que es simplemente eso, acercarme a la facilidad de expresión del Sr. Alonso, las comparativas siempre son odiosas, pero me gustaría ahondar en lo ideal y lo tristemente real.
Ideal sería que se cumpliera lo expresado en el artículo y todos los universitarios finalizaran sus carreras como personas cultas, con el don de la palabra y la empatía suficiente para hacer la vida más fácil a todos los que están a su alrededor, pero el problema no radica solamente en las universidades, fijémonos en nuestro entorno, ¿cuántos representantes de nuestra nación, nuestras instituciones, nuestros medios de comunicación, nuestra empresa e incluso nuestras familias conocemos con todos esos dones?
Estamos ante una realidad social que difícilmente tiene una solución a corto plazo si en el seno de los hogares españoles no se promueve la comunicación y la lectura, si los foros de debate coloquiales sólo se centran en el último cotilleo del casposo de turno, si desde los medios de comunicación no se hace el esfuerzo para premiar el saber escuchar y saber hablar, yo ya no me sorprendo cuando recibo correos electrónicos de titulados universitarios con faltas de ortografía, entre ellos algún Currículum Vitae.
Si bien es cierto, hay personas que por naturaleza, o por educación, son curiosas, creativas, ávidas de aprender y de mejorar, de progresar como personas, no importa la edad ni la nacionalidad, ante todos está el reto de mejorar la estadística.
Aula de Protocolo ha dicho que…
Patricia, bienvenida al blog y gracias por tu sensata aportación.

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