Una Unión sin bandera

"Hoy, 1 de diciembre de 2009, es una fecha clave en el desarrollo de la Unión Europea ya que supone la entrada en vigor, tras dos años de dudas y negociaciones, del Tratado de Lisboa, gracias a la ratificación individual de los 27 países miembros. Este texto surge de la modificación necesaria de la fallida Constitución que, por su carácter democrático, no pudo salvar el bloqueo de Francia y los Países Bajos, dos países que fueron miembros de la fundación de la unión.
Pero este texto no es simplemente una adaptación del texto constitutivo sino que implica otros cambios de naturaleza más profunda, aunque para muchos es simplemente la reducción de cuestiones que no afectarán al funcionamiento de la institución.
Aunque el texto incluye novedades importantes a nivel institucional como son la creación de dos figuras que serán claves a la hora de las relaciones internacionales de la Unión Europea como son la del Presidente de la Comisión Europea y la de la Alta Representante para las Relaciones Exteriores, cargos que, desde finales del mes de noviembre, ya han sido asignados al belga Herman Van Rompuy y la británica Catherine Ashton, respectivamente.
La ratificación checa del Tratado también supone el desbloqueo de la Comisión que desde su renovación el 31 de octubre se encontraba sin poder trabajar al estar en el limbo entre la normativa del Tratado de Niza, hasta ahora vigente, y el de Lisboa.

Una de las cuestiones básicas es que reduce la Constitución a un simple tratado que resulta incomprensible pese a la simpleza de sus cuestiones y es que se reduce a mejorar, completar y actualizar los diferentes tratados previos. Desaparece el concepto de Constitución por la negativa de Gran Bretaña quien no cuenta con un documento similar y considera que una organización supranacional, no siendo en sí una nación, no debe tener tal texto. Desaparecida como Constitución, la reforma supone la supresión de otros aspectos fundamentales de imagen que chocaban con la idea de soberanía nacional de muchos países de la Unión Europea.

El artículo I-5 de la fallida Constitución estaba dedicado a los símbolos de la Unión: la bandera, el himno y su divisa. Este artículo suponía un avance para su reconocimiento al dotarles de una consideración oficial que nunca habían tenido.
La bandera, nacida en 1956 se compone de doce estrellas formando un círculo sobre un fondo azul. La simbología, que no se relaciona con los países fundacionales de la Unión Europea, representa la unión, la perfección y la estabilidad.
El himno surge de la Novena Sinfonía de Beethoven (1823) y la letra de la “Oda a la Alegría” de Friedrich Von Schiller (1785) que ha sido adaptada en todos los países de la Unión Europea.
La divisa para los 27 países es “Unidad en la diversidad” y es que la UE no pretende terminar con las identidades de los países que la conforman sino ser un valor añadido a todas ellas.
Estos tres símbolos, que ya no se encuentran en ningún articulo o disposición del Tratado de Lisboa, surgieron para identificar a otro organismo de carácter europeo como es el Consejo de Europa (no confundir con el Consejo Europeo de la UE) que nació en 1949 y cuya sede se encuentra en Estrasburgo. Este organismo que trabaja por la defensa de los derechos humanos tiene en la actualidad 47 países miembros todos pertenecientes al continente europeo (se incluyen los 27 de la UE).
Fue en 1985 cuando la Unión Europea, a través de la firma de los jefes de estado de los países miembros y animada por el Consejo de Europa, hace suyos también esos símbolos con la intención de dar unidad a los objetivos compartidos por el COE y que se refieren a la unidad, solidaridad y defensa de los derechos humanos. Todas las instituciones de la UE comparten estos símbolos desde 1986. Ambas organizaciones difieren en la fecha de su día oficial, siendo para la UE el 9 de mayo, fecha de la Declaración Schuman y que ahora ha dado lugar al día de Europa y para el COE el 5 de mayo, fecha de su creación.

El Parlamento Europeo, en desacuerdo con la supresión de los símbolos en el texto más importante de la Unión Europea, preparó una resolución que se incluyó en el Art.13 del Reglamento de la Cámara europea y por la que se reconocen estos símbolos (bandera, himno, lema y fecha oficial) y se les honra en las sesiones plenarias y actos propios. Esta resolución, de la que junto con España, firmaron otos 17 países, se basaba en la importancia internacional de la imagen de la Unión Europea. La defensa de esta postura, argumenta que la fuerza e imagen que la bandera tiene en los ciudadanos europeos y de terceros países siendo un símbolo de paz en misiones exteriores.

Y es que, sin duda, resulta cuando menos sorprendente que en una sociedad como la actual en la que la cultura de la imagen es un principio activo a cualquier nivel, se haya dejado a la Unión Europea sin ese instrumento visual, ahora que cualquier fundación, empresa u organismo crea con prioridad una imagen que sea identificable para el conjunto de la sociedad. Debemos entenderlo como un miedo atroz a que la imagen de la Unión Europea acabe haciendo sombra a la identidad de cada uno de sus 27 miembros, sobre todo de los más grandes, que no han acabado por comprender el lema “unidad en la diversidad” que no resta identidad sino que suma valor a cada uno de los estados miembros. "

Enlaces de interés:
- Reglamento del Parlamento Europeo
- Art. 213
*Artículo elaborado por Rebeca Santamarta, exalumna de la Escuela Internacional de Protocolo de Galicia

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