El 6N: Los voluntarios como fuerza indispensable en la organización de grandes eventos

El pasado sábado 6 de noviembre, Galicia celebró una de sus jornadas más importantes en los últimos años a nivel social, económico, religioso y, sobre todo, a nivel de protocolo: la visita de Su Santidad Benedicto XVI, no sólo la cabeza de la religión católica sino también Jefe de Estado y personalidad de alto impacto social. Si bien finalmente la asistencia y su repercusión económica fue menor de la prevista, el balance se puede calificar de muy positivo gracias a la profesionalidad de todos los agentes implicados en la organización del evento, desde la Xunta, el Ayuntamiento de Santiago, la Iglesia, los medios de comunicación, las fuerzas de seguridad y los miembros del cuerpo sanitario.
Mucho se ha escrito en estos días sobre los preparativos y sobre los efectos de esta visita desde muchos puntos de vista pero no según la perspectiva de uno de los colectivos que hoy en día se consideran fundamentales en todo macro-evento: los voluntarios.
La visita a Santiago contó con la colaboración de entorno a 2.000 voluntarios procedentes de Protección Civil, del Xacobeo y del Arzobispado. Los primeros ubicados en los puntos estratégicos para atender aglomeraciones o percances de los asistentes. En cuanto a los miembros del Xacobeo estos pertenecen al equipo de apoyo de los grandes eventos organizados en este Año Santo 2010.
Por su parte, los voluntarios de la Iglesia fueron casi medio millar de jóvenes que, organizados bajo la Delegación de Infancia y Juventud de la Archidiócesis, estuvieron al servicio de la organización de la visita y en coordinación con las fuerzas del orden desplegadas para tal evento. Distribuidos en torno a cuatro puntos en el centro de Santiago, los jóvenes se repartían las tareas de orden, limpieza y acomodación, lo cual abarcaba desde el control de los accesos al apoyo a quienes necesitasen asistencia, todo contando con la ayuda de un grupo de guardias civiles y sanitarios también voluntarios y distribuidos en cada grupo. Además existieron dos grupos de voluntarios para el apoyo a prensa y obispos.
Este grupo de jóvenes también tuvo una labor destacada si a colaboración en materia de protocolo nos referimos. Así, de entre estos 500 voluntarios, un pequeño grupo de 27, bajo la indicación de la responsable de Protocolo, se encargaron en la Plaza del Obradoiro de ubicar a los invitados en los asientos reservados en primera linea frente al altar. Al menos en dos ocasiones, los responsables de la Xunta, el Ayuntamiento y el Arzobispado, se reunieron para coordinar las labores en lo referente a la ubicación de las autoridades y para llevar un orden en los accesos a la plaza del Obradoiro, donde habría controles de seguridad por parte de las fuerzas del orden. Finalmente, los 27 voluntarios del Arzobispado trabajaron a lo largo de la Plaza del Obradoiro, en colaboración con el personal de la Xunta para regular la ubicación de los asistentes aunque fueron los responsables de la Xunta quienes sentaron a los invitados de carácter institucional según la normativa de precedencias.
En el impresionante altar blanco levantado para la ocasión se dispusieron a la derecha del altar los Príncipes de Asturias y a su izquierda los Obispos, y bajo el altar, a su izquierda tenían su asiento los sacerdotes que habían solicitado asistencia y que a continuación participaron en la comunión de los asistentes y, a la derecha del altar, los invitados entre los que destacaban las autoridades institucionales, encabezadas por el Presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el Ministro de Fomento, José Blanco, y también aquellas personas que comulgarían de la mano de Su Santidad y quienes se encargaban de la lectura y presentación de peticiones y ofrendas. El resto de asientos (en total 6.000 sillas) fueron destinadas para el público asistente que, a partir de las 8 de la mañana podía comenzar a acceder a la plaza, que a su vez se dividía en cuadrantes para facilitar la colocación de los asistentes.
El grupo de voluntarios del área de protocolo, comenzó su labor con la entrada de los invitados para acompañarlos a sus puestos ayudados por los miembros de protocolo de la Xunta, en torno a las 15.30 comenzaron a llegar las autoridades siendo los últimos los Príncipes de Asturias que procedían del Hostal dos Reis Católicos, situado frente al altar. Por último, y con 30 minutos de retraso, el Papa hizo entrada en la plaza en el Papamóvil que lo dejó junto a la entrada del Pazo de Raxoi que sirvió de Sacristía.
La seguridad fue uno de lo puntos fuertes de esta visita y así se desarrolló un sistema de acreditaciones con códigos alfanuméricos y visuales que permitían identificar con rapidez el nivel de acceso de cada persona a cada uno de los puntos de interés como la Catedral, el aeropuerto o el Obradoiro. Con mucho cuidado se trató también a los medios de comunicación para que su labor no fuese interrumpida y no interfiriese en el desarrollo de los actos. La señal institucional, ofrecida por la Televisión de Galicia contó con un despliegue hasta entonces nunca ofrecido por la cadena autonómica y resultó ser un éxito debido a su alta calidad. Estas acreditaciones aunque provistas de fotografía debían ir siempre acompañadas del DNI del titular en caso de control por parte de la seguridad y así mismo, miembros no destinados con código de acceso libre, como fueron los voluntarios que acompañaron a los comulgantes a su posición en primera fila tras las autoridades, tuvieron que mostrar sus pertenencias y pasar un exhaustivo control antes del acceso puesto que era un área sensible en cuanto a seguridad se refiere.
Los voluntarios han confirmado en este acto ser una fuerza sin la que ya no se puede plantear la organización de un evento que implique un despliegue similar al del 6-N en Santiago, puesto que facilita la seguridad, información y reduce sensiblemente el presupuesto ya que no se necesita alta formación sino compromiso y disponibilidad durante un periodo concreto y para labores muy específicas, si bien en ocasiones este voluntario deba disponer de conocimientos específicos como en este caso fueron los voluntarios responsables de cada grupo, los de la guardia civil o de servicio sanitario.
*Artículo elaborado por Rebeca Santamarta, Voluntaria del 6-N y Experta en Protocolo y Ceremonial (EIP-Galicia)

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