Navidades internacionales (Italia)

“País al que vas, costumbres que encuentras”. Este refrán italiano encuentra mayor significado, si cabe, en estas fechas.
En Navidad, también Italia se transforma en una península di tradiciones.
La Navidad está considerada, en casi todo el mundo, como la fecha más importante del año. Para los cristianos, el 25 de diciembre se celebra el nacimiento de Jesucristo, si bien la Navidad tiene en realidad un origen pagano. En la antigua Roma el 25 era el día dedicado a la adoración del dios Mitra, que representaba el Sol. Entorno al IV-V siglo después de Cristo, con la difusión del Cristianismo, el culto a Mitra se sustituyó con el culto a Jesús, que para los Cristianos representaba la luz.
Son tantas las usanzas que han pasado de padres a hijos a través de todas las épocas, entre ellas, la colocación del pesebre o el adornar el tradicional árbol de Navidad, debajo del cual, en Italia, el buen Papá Noel deja los regalos a grandes y pequeños.
Son tantas las leyendas que narran como el árbol de Navidad se ha convertido en símbolo de estas fechas. Históricamente, la tradición del árbol tiene origen germánico y precede al Cristianismo, al que debemos su difusión. En el solsticio de invierno, los pueblos germánicos plantaban y adornaban un abeto y quemaban un enorme leño en la chimenea para celebrar el paso del otoño al invierno -se quemaba el pasado y se festejaba el porvenir-.
En Italia la usanza de adornar el árbol fue importada, a finales del 1800, por la reina Margarita de Saboya, mujer de Humberto I, que fue la primera en colocar uno en las salas del Palacio del Quirinale –hoy sede de la Presidencia de la República-, entonces residencia de la familia real.
Hoy casi desaparecida, la usanza de quemar un grueso tronco de leña fue un tiempo el centro de la fiesta navideña. El leño, que debía arder hasta Fin de Año, simbolizaba la desaparición del año viejo, con todo el mal acumulado.
De entre las muchas costumbres, aquellas legadas a la cocina son quizás las más difusas y en este sentido Italia ofrece un largo y variadísimo itinerario gastronómico. En cada región hay un plato que reina por excelencia en las mesas navideñas. Hacer un elenco de todos ellos sería casi imposible pero aquí detallamos, de norte a sur, algunos de los más característicos:
La perfumada “carbonade” (rodajas de carne maceradas en una salsa de vino tinto e hierbas aromáticas) de la Val d’Aosta; el “cotechino con lenticchie” (una especie de butifarra con lentejas), plato típico en Lombardia y otras regiones del norte durante la cena de Fin de Año –las lentejas son portadoras de dinero y buena fortuna–.
En Trentino Alto Adige encontramos el “zelten”, un dulce realizado con fruta seca –la rodaja mayor se daba al cabeza de familia, mientras que las más pequeñas a las mujeres en edad de casarse-. En Veneto, el plato rey son los “cornioi”, caracoles acompañados con aceite, vino blanco, ajo, apio y perejil.
En algunas regiones del centro-sur, platos típicos de estas fechas son la anguila, cocinada de diversas maneras, o las sardinas, que enriquecen un primer plato de pasta.
En Abruzzo, se sigue todavía hoy la más antigua tradición, que impone la vigilia para la noche del 24, reservando los mejores platos de carne para el día de Navidad. Sin embargo, la cena de Nochebuena no es para nada frugal, los platos sobre las mesa son bien trece –para conmemorar a Jesús y sus doce apóstoles-, eso sí, todos rigurosamente de pescado.
“Panettone”, “pandoro” y “torrone” son los dulces que no faltan en ninguna mesa navideña, si bien, el primero es de origen lombardo, el segundo nace a Verona y el turrón, rigurosamente, a Cremona.
La Navidad en Italia se cierra con la fiesta de la Befana o Bruja, que de bruja tiene sólo el semblante. Es una mujer anciana de aspecto horripilante que viaja sobre una escoba la que en toda Italia, durante los últimos dos siglos, ha traído juegos y dulces a los niños buenos y negro carbón a los que no se han comportado como debían…
Es verdad que país al que vas, usanzas que encuentras… pero en el fondo, quizás, no hay tantas diferencias. "

* Artículo elaborado por Ana Álvarez, periodista, experta en protocolo y colaboradora del Aula de Protocolo desde Milán, Italia.

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